Los hábitos de vida saludables son pequeños gestos que pueden ser determinantes para la prevención del cáncer; apuesta por ellos e incorpóralos en tu día a día hoy mismo.
Hablar sobre el cáncer siempre es complicado, una dura enfermedad que afecta a un porcentaje altísimo de la población a nivel mundial, y las cifras van en aumento; pero no debemos ser catastrofistas, ni negativos al respecto. Lo importante es entender que es una realidad de la que debemos ser conscientes para poder tomar las medidas oportunas con el objetivo de ayudar a su prevención, que siempre es el mejor tratamiento.
En las últimas décadas se han hecho infinidad de avances en materia de detección precoz y tratamiento, pero todavía queda mucho por hacer, pues las causas del origen de la enfermedad siguen siendo una incógnita; pero existe un consenso entre los especialistas en cuanto a qué hacer para intentar evitar contraer la enfermedad. La opinión es unánime adoptar hábitos de vida saludables (dieta equilibrada y vida activa) y evitar factores de riesgo (tabaco, alcohol) puede ser determinante para evitar desarrollar la enfermedad.
Tal y como afirma la Asociación Española Contra el Cáncer: “Las causas del cáncer están fuertemente influenciadas por los hábitos de vida, que son fundamentales a la hora de desarrollar determinadas enfermedades como la obesidad, las enfermedades cardiacas y el cáncer.” Por lo que no hay tiempo que perder, no sumamos a su causa, porque la concienciación es la mejor prevención. Únete y sigue unos hábitos de vida saludables.
- SIGUE UNA DIETA EQUILIBRADA.
Buscar el equilibrio en tu dieta, es más sencillo de lo que a priori puede parecernos. Para conseguirlo nosotras te recomendamos que te ayudes con el llamado plato de Harvard, una herramienta sencilla creada por expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard.
Esta práctica herramienta es una guía sencilla para conseguir una dieta equilibrada; y la idea es muy sencilla, únicamente tienes que dividir tu plato por la mitad y llenarlo de verduras. La otra mitad la divides de nuevo y dedicas un cuarto a proteínas y otro cuarto a hidratos de carbono. El postre lo dejamos a parte, teniendo en cuenta que la mejor opción siempre es la fruta de temporada.
- VERDURAS Y HORTALIZAS: ½ DE SU PLATO.
Intenta incorporar color y mucha variedad. Por cierto, las patatas (índice glucémico 90) se quedan fuera ya que contiene gran cantidad de hidratos de carbono de fácil digestión que elevan el nivel de glucosa en sangre.
Esta parte es la más protagonista del plato ya que las verduras son ricas en fibras y nutrientes (vitaminas y minerales).
- CEREALES INTEGRALES: ½ DE TU PLATO.
El valor nutricional de los cereales integrales es superior al de los cereales refinados, pues contienen vitaminas B, selenio manganeso, fósforo, etc. frente a los cereales refinados que son calorías “vacías”, ricos en calorías y carbohidratos, con enormes cantidades de almidón y muy bajas en proteínas.
- PROTEÍNAS: ¼ DE TU PLATO.
Huevos, pescado azul, carne blanca (pollo, pavo, conejo, etc.) legumbres (garbanzos, alubias, lentejas). Te recomendamos que limites al máximo la carne roja y procesadas como embutidos o bacon.
Y si te gusta ampliar tu dieta o eres vegetariana apuesta por los derivados de la soja (tofu, soja texturizada, tempeh…).
Ten en cuenta que la clave del plato saludable de Harvard no es comer un plato único sino mantener estas proporciones.
- LLEVA UNA VIDA ACTIVA. EVITA EL SEDENTARISMO.
La actividad física tiene un efecto muy positivo sobre nuestra salud, y hay evidencias científicas que demuestran que una vida activa reduce el riesgo de padecer cáncer. La AECC afirma que estudios científicos demuestran que “las personas más sedentarias tenían un 82% más de riesgo de mortalidad por cáncer en comparación con las menos sedentarias.
Practicar deporte es posible a cualquier edad, no hay excusas. Busca la actividad física que mejor se adapte a tus preferencias y condición física y adelante!
- EVITA EL CONSUMO DE ALCOHOL.
Se ha demostrado científicamente que el 12% de todos los cánceres tiene una relación directa con el consumo de alcohol. Cuando se consume alcohol el cuerpo lo convierte en una sustancia llamada acetaldehído, esta sustancia daña el ADN. Cuando esto ocurre una célula puede comenzar a crecer sin control y formar un tumor canceroso.
Nuestro consejo es que reduzcas tu consumo de alcohol al máximo.
- DESTIERRA EL TABACO.
El humo del cigarrillo contiene no menos de 70 sustancias cancerígenas. Por lo que cada vez que se inhala este humo estas sustancias ingresan en el flujo sanguíneo, que se transportan a todas las partes de su cuerpo. Estas sustancias pueden dañar su ADN, y este paso puede provocar el inicio de la formación de un tumor.
Dejar el tabaco es complicado pero no es imposible, busca programas de apoyo que te ayuden a dejarlo.
Estos cuatro sencillos consejos no nos garantizan no desarrollar la enfermedad, pero reducen los riesgos de padecerla por lo que son una apuesta segura. Introdúcelos en tu día a día y sé feliz.