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Protección solar: La importancia de cuidar nuestra piel del sol

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text el_class=”post-section-box”]

Con la llegada del verano, aumentan las precauciones que debemos tomar ante la exposición solar. Hoy queremos explicarte por qué debes proteger tu piel del sol y por qué es tan importante cuidarla durante todo el año con cosmética solar adecuada.

[/vc_column_text][vc_column_text]Nos encantan los largos días de playa en verano, pero hay que tener mucho cuidado cuando se toma el sol y extremar las precauciones, ya que, aunque tomar el sol en su justa medida y a las horas adecuadas puede ser muy beneficioso para nuestro cuerpo, hacerlo de manera incorrecta puede generar una huella negativa en la piel.

Los rayos solares invaden nuestros días desde horas muy tempranas, las horas de la mañana y de la tarde son las menos fuertes y aunque también debemos ir protegidos, son las horas en las que es más recomendado está disfrutar de la exposición solar. En las horas centrales del día (12:00h a 15:00h) es cuando las radiaciones son más intensas y por lo tanto más peligrosas, por lo que es preferible evitar el sol o extremar las precauciones.

Los efectos negativos del sol sobre la piel se potencian cuando llega el verano, ya que los rayos solares son mucho más intensos en esta época. Por eso, es vital proteger nuestra piel antes de salir de casa ya sea a la playa, a la montaña o a dar un paseo; sobre todo si se trata de exponerla directamente. Y repetir su aplicación durante la exposición en repetidas ocasiones.[/vc_column_text][vc_column_text]

¿Por qué es tan importante la protección solar? Descubre los efectos nocivos de la sobre exposición solar

Proteger la piel del sol es esencial a cualquier hora del día y en cualquier época del año. Te contamos algunos de los efectos que puede tener el sol sobre nuestra piel si no tomamos las medidas necesarias:[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]1. Envejecimiento prematuro. Cuando expones tu piel al sol sin protección solar, eres más propenso a que los signos del envejecimiento aparezcan más rápido (arrugas finas y profundas, disminución de la elasticidad, manchas, sequedad, etc). La sobreexposición a los rayos UV provoca la aparición de radicales libres, degradación del colágeno. Este estrés oxidativo junto a otros factores conlleva a la aparición de arrugas y al envejecimiento prematuro. Los rayos UVA penetran profundamente en la piel y son responsables de las lesiones solares a largo plazo, como el envejecimiento y el cáncer de piel. Los rayos UVB penetran en las capas superiores, causando quemaduras solares y daños en el ADN celular.

Como la cara, las manos y el escote están más expuestos a la radiación UV y son zonas más delicadas que el resto del cuerpo, necesitan una protección específica para reducir los signos visibles de envejecimiento, durante todo el año.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]2. Puede provocar cáncer de piel. El efecto más grave a largo plazo, de la sobreexposición sin protección solar es el de desarrollar cáncer de piel. Este es provocado por una alta exposición acumulada a lo largo de la vida y el riesgo es mayor cuanto más claro es el color natural de la piel. Las radiaciones pueden producir mutaciones en el material genético (ADN) de las células que componen la piel, e impedir su reparación. Las células afectadas son los melanocitos, que empiezan a dividirse y crecer descontroladamente, convirtiéndose en el principio del cáncer de piel.

3. Aparecen manchas solares. Debido a una exposición solar sin protector solar la melanina se acumula de manera irregular provocando manchas. La exposición solar afecta tanto a las manchas ya existentes, oscureciéndola de forma transitoria o permanente, como a una piel sin manchas, favoreciendo su aparición (lentigos o manchas de la edad). Por ello, la principal medida para combatir o a prevenir la aparición de manchas es la protección solar.[/vc_column_text][vc_column_text]4. El daño solar es acumulativo, no importa cuánto tiempo estuviste al sol o qué tipo de piel tienes. El daño que provoca el sol sobre la piel es acumulativo a lo largo de toda la vida. Por lo que, a más radiación solar que hayamos recibido, más propensos somos a sufrir sus consecuencias. Recientes estudios han demostrado que, algo fundamental a tener en cuenta sobre el origen de las manchas es el hecho de que la piel tiene memoria. Las irritaciones y daños causados por el sol u otros procesos irritativos, antes mencionados, son acumulativos, es decir, estos daños modifican negativamente las células haciendo que funcionen de un modo irregular provocando el envejecimiento prematuro de la piel y también manchas etc.

Este deterioro celular se va acumulando a lo largo del tiempo, empeorando su funcionamiento, por lo que es de vital importancia evitarlo, no solo protegiendo la piel frente a la radiación solar y otros factores ambientales que pueden irritarla y agredirla, sino reparando los daños producidos por los radicales libres a nivel celular.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

La radiación solar

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row el_class=”image-responsive-right-top”][vc_column width=”1/2″][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]Es importante que nuestro protector solar sea efectivo ante los diferentes tipos de radiación solar.

De todo el espectro solar, sólo la luz visible, los infrarrojos y una parte de la radiación ultravioleta, alcanzan la superficie terrestre en las siguientes proporciones (el resto son detenidas por el ozono estratosférico):

• 50% Radicación Infrarroja (IR): la sensación de calor y bienestar que producen los rayos solares sobre el cuerpo es causada por los infrarrojos, además estos rayos también provocan insolación y golpes de calor. En cuanto a daños en la piel, aceleran el envejecimiento cutáneo y alcanzan las capas más profundas de la piel y causan pérdida de firmeza y elasticidad. Es importante que nuestro protector solar proteja la piel de estos rayos, hay muchas cremas solares que no lo hacen.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]• 40% Radiación visible: esta contribuye al fotoenvejecimiento, aumentando la síntesis de melanina que sube a capas superficiales de la piel, provocando hiperpigmentación (manchas). Además, puede provocar eritema y envejecimiento prematuro de la piel, debido a la producción de radicales libres que deterioran su elasticidad.

• 10% Radiación Ultravioleta (UV): responsable de los efectos fotobiológicos en la piel, la exposición a los rayos ultravioleta (UV) es el principal factor de riesgo de cáncer de piel. Existen varios subtipos de radiación UV:

1. La radiación ultra violeta tipo A (UVA) atraviesa la atmósfera terrestre. Es la responsable del bronceado, pero también tiene diversos efectos negativos sobre la piel. Esta radiación penetra en las capas más profundas de la piel dañando las fibras de colágeno y alterando el sistema inmunitario, de manera que favorece la aparición de arrugas y manchas, alergias solares, etc.

2. La radiación tipo B (UVB) provoca efectos biológicos importantes. Es la responsable de la estimulación de la producción de Vitamina D, pero también provoca quemaduras solares, reacciones alérgicas y envejecimiento prematuro y cáncer de piel (melanoma).[/vc_column_text][vc_column_text]

¿Qué filtros solares tiene que llevar tu protector solar para evitar los daños de la radiación solar?

Los protectores solares contienen unas sustancias llamadas filtros. Éstos son capaces de absorber (filtros químicos) o reflejar (filtros físicos) las radiaciones solares, protegiendo a la piel de los efectos dañinos de las mismas.

Los filtros físicos actúan reflejando todas las radiaciones solares, por lo que son de amplio espectro. Son una especie de pantalla que permanece en la superficie de la piel y que refleja la luz solar.

Los filtros químicos captan o absorben la energía solar y la transforman en inocua para la piel, podríamos decir que transforman la radiación ultravioleta en calor.

Existen otros filtros, llamados filtros físicos minerales. Se trata de una combinación de filtros físicos y naturales y aunque son respetuosos con la piel y el medio ambiente, suelen dejar una pantalla blanquecina sobre la piel incómoda para algunos usuarios.

Con los filtros químicos podemos conseguir texturas cómodas y muy novedosas que nos permiten disfrutar de una protección Total sin una incómoda sensación blanquecina sobre la piel.

Hay algunos protectores solares que cuentan con uno de estos filtros o algunos llevan la combinación de ambos.

El protector solar perfecto debe de ser una combinación adecuada entre filtros químicos y filtros físicos para poder evitar de forma completa los daños que produce la radiación solar sobre la piel.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

EL COLOR DE LA PIEL Y LA RADIACIÓN SOLAR: ¿Qué fototipos de piel existen? ¿Con que frecuencia han de aplicarse la protección solar?

El color de la piel está determinado por la cantidad y tipo de un pigmento presente en la piel llamado “melanina”, pigmento producido exclusivamente por unas células especializadas llamadas melanocitos, localizadas en la epidermis y en el folículo piloso.

La pigmentación o cantidad de melanina está programada genéticamente para cada individuo. La cantidad y calidad de la melanina producida por el organismo humano determinan el gran espectro de colores y tonalidades que puede observarse en las diferentes razas.

Además, la melanina es la protección natural contra el sol. El bronceado es la respuesta de la piel para protegernos de la exposición al sol, es un aumento de la melanina en la piel como mecanismo de autodefensa frente a la agresión solar: cuanto más y mejor pigmentada esté la piel, más se protege contra los efectos negativos tales como el envejecimiento o los cánceres cutáneos.[/vc_column_text][vc_column_text]

Los fototipos

La clasificación de tipo de piel, conocida como fototipo, depende de la cantidad de melanina en la piel. Se evalúa en una escala de 1 a 6.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]DURANTE la exposición solar

• Se debe tomar el sol con moderación los primeros días de exposición para que el bronceado sea progresivo.

 Renovar la protección solar cada 2 h y después de cada baño.

 Evitar la exposición entre las 12.00 y las 15.00 h.

• Secarse bien después de cada baño. El «efecto lupa» de las gotas de agua favorece las quemaduras solares y disminuye la eficacia de los fotoprotectores, aunque éstos sean resistentes al agua.

• Extremar las precauciones en las zonas más sensibles del cuerpo, como el escote, la nariz, la nuca, los lóbulos de las orejas o los labios.

• Beber agua en abundancia y frecuentemente para evitar la deshidratación.

Es muy importante elegir el protector solar adecuado y el factor de protección correcto según tu tipo de piel.

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