Pero, ¿qué significa nutrir la piel?

Cuando hablamos de nutrición avanzada nos referimos a dos funciones: el aporte de lípidos (ácidos grasos) y el aporte de nutrientes (vitaminas, minerales, etc.). Dos aportes esenciales para mantener la piel equilibrada, cómoda, tersa, revitalizada y protegida frente a la aparición de los signos del envejecimiento.

Lípidos: el refuerzo de la protección cutánea frente al envejecimiento.

Para favorecer que la piel esté perfectamente protegida es imprescindible mantener el manto hidrolipídico equilibrado. Este film o manto es una “barrera de protección” exterior que cubre la epidermis; compuesto por una mezcla de sustancias segregadas por las glándulas sebáceas y sudoríparas respectivamente.

Este manto tiene como función principal proteger la piel frente factores como la calefacción, el frío, el viento, etc., factores que pueden dañarla provocando su deshidratación, daño que va asociado a la sensación de tirantez y falta de confort. Esto tiene como consecuencia la aceleración del proceso de envejecimiento cutáneo.